Estofado de ternera con patatas y vino blanco

Receta ↓ Ángela Solar

Este estofado de ternera con patatas y vino blanco es una delicia que deleitará a tus invitados. Con su carne tierna y jugosa, patatas cremosas y un sabor profundo y rico a vino blanco, este plato es perfecto para una cena especial.

Los imprescindibles del estofado

Para triunfar con esta preparación de ternera, aquí están los ingredientes que te garantizarán ese sabor casero y auténtico.

• Ternera – Yo siempre elijo cortes como la aguja o la espaldilla, porque quedan increíblemente tiernos. ¡Imagínate esa carne que se deshace en la boca!
• Patatas – Las patatas Kennebec o Monalisa son mis favoritas para estofados, ya que no se deshacen y añaden esa textura perfecta.
• Vino blanco – No hace falta que rompas la hucha, pero elige un vino blanco que te guste; es la clave para un guiso con un sabor redondo.
• Aceite de oliva – Un buen chorro de aceite de oliva virgen extra y ¡voilà! Todo empieza a tomar forma y sabor.
• Cebolla y ajo – Son el alma del estofado. Sin ellos, simplemente no sería lo mismo. Aportan esa base de sabor que nos encanta.
• Caldo – Ya sea de ella o de verduras, lo importante es que sea de calidad. Es el toque mágico que enriquece todo el plato.
• Especias – Un poco de tomillo, una hoja de laurel y una pizca de pimienta negra, y tienes el trío ganador que nunca falla.

Manos a la obra con los ingredientes

¿Listo para el primer paso? Vamos a preparar esos ingredientes que convertirán nuestro estofado en una obra maestra. Empezamos con la ternera, que yo prefiero cortar en trozos no demasiado grandes para que se cocinen de manera uniforme y queden jugosos a cada bocado. Las patatas, escoge unas buenas, resistentes a la cocción, y córtalas en cubos generosos para que mantengan su forma y te regalen esa textura que hace sonreír al paladar. Y no nos olvidemos de la cebolla, que cortaremos en finas tiras, listas para fundirse en el sofrito y aportar ese dulzor caramelizado que nos encanta. ¡Verás qué sencillo es y el toque casero que le da a tu estofado!

¡Sofrito y cocción, el corazón de nuestro estofado!

Vamos a crear un sofrito sensacional que será el corazón de nuestro estofado de ternera con patatas y vino blanco. Lo primero es calentar un buen chorro de aceite de oliva virgen extra en una cazuela. Yo suelo usar mi cazuela de barro favorita, ¡le da un toque especial al guiso!

A continuación, añade una cebolla cortada en tiras finas y dos dientes de ajo bien picados. Recuerda que la cebolla y el ajo son los ingredientes clave para conseguir un sofrito perfecto. ¡Pero no te olvides de ponerlos a tu gusto! A mí me encanta el sabor del ajo, así que no me corto al añadirlo.

Cuando la cebolla esté dorada y el ajo fragante, es el momento de incorporar la carne. Yo opto por trozos de aguja o espaldilla, ya que quedan increíblemente tiernos. Pero si tienes otro corte de ternera preferido, ¡adelante!

Deja que la carne se dore ligeramente y ve añadiendo el vino blanco poco a poco. Verás cómo el sofrito se llena de aroma y el alcohol del vino se evapora. Si te gusta un toque más fuerte de vino en tu guiso, no dudes en añadir un poquito más. ¡Esto es cocina, así que anímate a experimentar!

Una vez que el vino se haya reducido, es el turno de las patatas, el caldo y las especias. Añade las patatas cortadas en cubos generosos, el caldo y el trío ganador de especias: un poco de tomillo, una hoja de laurel y una pizca de pimienta negra. ¡Ya casi lo tenemos!

Cocción a fuego lento: el secreto de un estofado perfecto

¡Todo está listo para el siguiente paso! Ahora llega la parte más importante: la cocción a fuego lento. Este es el secreto para obtener una tierna y jugosa y unas patatas cremosas.

Yo siempre digo que la paciencia es la clave en la cocina, especialmente en un estofado como este. Tapamos nuestra cazuela y lo dejamos cocinar a fuego lento durante aproximadamente 1 hora y 30 minutos, o hasta que la carne esté tierna y se deshaga fácilmente con un tenedor.

Mientras tanto, puedes ir dando vueltas de vez en cuando para evitar que se pegue, pero no te preocupes demasiado, ¡es un estofado muy fácil de cuidar!

Mi consejo personal es probar la salsa a mitad de cocción y ajustar el sabor si es necesario. A mí me gusta añadir un poco más de sal o pimienta en este momento para potenciar los sabores. ¡Pero recuerda, la cocina es un arte, así que anímate a experimentar y encontrar tu propio toque personal!