Estofado de ternera con menestra

Receta ↓ Ángela Solar

Envasado y conservación

¡Ya casi lo tienes! Una vez hayas cocinado tu deliciosa mermelada de cebolla caramelizada, es importante envasarla y conservarla correctamente para mantener su sabor y textura.

Yo siempre lo hago de la siguiente manera:

1. Suelto la mermelada en tarros de vidrio esterilizados, dejando un espacio de aproximadamente 1 cm en la parte superior.
2. Cierro los tarros herméticamente y los dejo enfriar a temperatura ambiente.
3. Una vez fríos, los guardo en un lugar fresco y seco, como mi despensa.

¡Así podré disfrutar de mi mermelada casera durante meses!

Los ingredientes que vas a querer tener a mano

Para que tu ternera con menestra sea un éxito rotundo, necesitas contar con ingredientes frescos y de calidad. Estos son los protagonistas que harán que tu plato brille.

• Ternera – No escatimes aquí; elige un corte como la aguja o la espaldilla, que se deshaga en la boca tras una cocción lenta. Trocea el alimento en pedazos generosos para que absorban cada nota de sabor.
• Verduras de temporada – La menestra es un festival de color y sabor, así que añade zanahorias crujientes, guisantes dulces, judías verdes vibrantes y todo lo que te llame la atención en el mercado. ¡La frescura es tu mejor aliada!
• Especias – Aquí es donde la magia comienza. Una pizca de pimentón ahumado, la fragancia de una hoja de laurel y el toque herbal del tomillo fresco transformarán tu estofado en una experiencia sensorial.

¡Manos a la obra con los ingredientes!

Es hora de preparar con cariño lo que será un plato memorable. Tú y yo vamos a asegurarnos de que cada trozo de ternera y cada verdura estén listos para brillar en tu cazuela.

• Comienza por la carne: límpiala con cuidado, retirando todo lo que no deseamos en nuestro plato. Corta en dados generosos, pensando en cómo cada bocado será una explosión de sabor en tu boca.
• Con las verduras, deja que el agua fría les devuelva su frescura antes de pelarlas con delicadeza. Córtalas en piezas que complementen a la ternera, no demasiado grandes ni pequeñas, justo el tamaño perfecto para hacer buenas compañeras en la cocina.

¡Dale vida a tu estofado!

Ahora que tenemos los ingredientes listos, ¡es hora de darles vida en la cazuela! Recuerdo que mi abuela solía preparar un delicioso plato de ternera con menestra los domingos, que me transporta directamente a mi infancia.

1. Empezamos por sellar la carne: calienta un poco de aceite en una cazuela a fuego medio-alto. Cuando esté caliente, añade los dados y dóralos por todos los lados hasta que estén bien sellados. No te preocupes si la carne no está completamente cocida en este paso, ¡seguirá cocinándose más tarde!

2. Una vez sellada la carne, retírala de la cazuela y resérvala en un plato. En la misma cazuela, agrega las verduras preparadas y baja el fuego a medio. Deja que las verduras se cocinen durante unos minutos hasta que estén tiernas y hayan desarrollado un delicioso sofrito.

3. A continuación, vuelve a incorporarla a la cazuela, junto con los líquidos y las especias. Yo suelo usar caldo de carne y un chorrito de vino tinto, pero si prefieres una opción sin alcohol, puedes sustituir el vino por más caldo o incluso por agua. También puedes añadir un poco de tomate triturado para darle un toque de acidez.

4. Finalmente, deja cocinar el estofado a fuego lento durante al menos una hora, o hasta que se deshaga en la boca. ¡Eso es todo!

¡El estofado de ternera con menestra es un plato maravilloso por sí solo, pero ¿por qué no llevarlo al siguiente nivel con los acompañamientos perfectos?

Recuerdo con cariño aquellas tardes de invierno en las que mi familia y yo nos reuníamos alrededor de la mesa para disfrutar de un delicioso estofado. ¡El pan era siempre el acompañamiento estrella!

Personalmente, me encanta servir este estofado con un buen pan casero de centeno o de espelta. La textura gruesa y el sabor intenso realzan los sabores, convirtiendo en una experiencia gastronómica única.

Si prefieres algo más ligero, también puedes optar por un pan integral o de cereales. Estos panes añaden un toque nutritivo y son deliciosos mojados en su jugo.

Otra opción fantástica son las patatas asadas. Corta unas patatas en gajos, rocíalas con aceite de oliva, sal y pimienta, y hornéalas a 200°C durante unos 30 minutos o hasta que estén doradas y crujientes. ¡Una guarnición perfecta para el estofado!